La caja es fundamental para el reloj. Protege la esfera y el movimiento del polvo, la humedad y los golpes. TAG Heuer fabrica muchas cajas en sus propias instalaciones atendiendo a estándares exigentes. Una caja se elabora a partir de una pieza de metal. La lámina plana de metal se introduce en una máquina de estampado. El armazón de la caja se extrae de la lámina ejerciendo una gran presión, de entre 40 y 80 toneladas.
A continuación, el metal se tiempla durante 35 minutos a una temperatura de 1080° C. El proceso se repite y la caja se estampa y tiempla de nuevo, normalmente entre 10 y 16 veces. Al adoptar este enfoque, se pueden introducir detalles adicionales en la caja con cada nuevo proceso de estampado.
Una vez que finaliza el proceso de estampado, se perfila la forma de la caja. Las máquinas de control decimal numérico (CNC) disponen de una serie de herramientas programadas que actúan sobre la caja y pulen su perfil para darle la forma deseada. La máquina CNC es increíblemente compleja, y puede fresar dos cajas simultáneamente empleando un robot para cargar y descargar piezas. La máquina es extremadamente compleja, requiere mucho tiempo e incurre en un gasto considerable.
Una vez que la caja cumple los estándares más exigentes, se pule. TAG Heuer utiliza métodos de pulido automatizados en consonancia con numerosos aspectos de su producción. En algunos casos, una caja de forma intrincada se tiene que pulir utilizando técnicas manuales. Los relojeros colocan la caja en una rueda de pulido giratoria y manipulan su posición para obtener un resultado óptimo.