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En el laboratorio se realizan numerosas pruebas para ofrecer a los clientes una calidad óptima. Un reloj de prueba se coloca en una máquina que simula la activación del pulsador de inicio/parada 20 000 veces, y la del pulsador de restablecimiento 10 000 veces. A continuación, se desmonta el reloj y se evalúa minuciosamente el estado de cada pieza.
La experiencia de TAG Heuer en relojes deportivos. Para garantizar la estanqueidad de un reloj a una profundidad determinada, éste se coloca en un recipiente presurizado, se sumerge en agua y se somete a una presión determinada. También se realiza una prueba con helio para garantizar que no exista riesgo de filtración del agua.
La "prueba de caída" simula la caída y el impacto del reloj contra el suelo con una fuerza de 1000-5000 G.
Los modelos Link son conocidos por su icónico brazalete integrado. La solidez del brazalete se determina por medio de pruebas. El brazalete se introduce en una máquina vibradora para comprobar que los pasadores que conectan los eslabones están bien sujetos, y que este conserva su flexibilidad. Una vez que el brazalete se prueba en la máquina, se examina cada eslabón para detectar signos de desgaste prematuro.
Las correas de piel se colocan en una máquina en la que se estiran y retuercen. La máquina somete a la correa a un tratamiento riguroso, ya que la estira de distintas maneras.